Washington, 6 oct (Prensa Latina) Las críticas contra el presidente Donald Trump se intensifican hoy debido a la publicación de un informe que deja al descubierto baches en la seguridad laboral de los trabajadores en Estados Unidos.
De acuerdo con el estudio realizado por AFL-CIO, la principal asociación gremial estadounidense, unos 275 trabajadores mueren al día en este país debido a condiciones laborables «peligrosas».
La pesquisa refiere además que al menos cinco mil 250 personas murieron en sus puestos de trabajo en 2018 y se estima que en 95 mil de los casos fue a causa de enfermedades derivadas de su profesión.
Así, la tasa de mortalidad laboral a nivel nacional se ubica en 3,5 por cada 100 mil trabajadores, lo cual, según la AFL-CIO, indica un «escaso progreso» para hacer que los ambientes profesionales sean más seguros en los últimos años.
En la presentación del informe «Muerte en el empleo: el peaje de la negligencia», el presidente del sindicato, Richard Trumka, cargó fuertemente contra Trump, al que acusó de haber «minimizado» el papel de las agencias de seguridad laboral.
«Este texto muestra la tremenda negligencia de la Administración Trump, desde el primer día en el cargo, para garantizar que los trabajadores estén seguros en el trabajo», dijo Trumka al iniciar su intervención.
El líder sindical explicó que el mandatario «desestima el papel de las agencias de seguridad encargadas de proteger a los trabajadores y deja que las ganancias corporativas, en lugar de la ciencia, influyan en las protecciones necesarias».
En concreto, Trumka se refirió a los recortes de recursos que sufre en los últimos años la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), encargada de garantizar que las condiciones de trabajo sean seguras y saludables.
En 2018 hubo un aumento en la cantidad de muertes de trabajadores latinos hasta los 961 fallecidos, de los 903 registrados en 2017, mientras la tasa de mortalidad se mantuvo igual en 3,7 por cada 100 mil trabajadores, mayor que la media nacional de 3,5, de ellos, el 67 por ciento eran inmigrantes.